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SamCorco

El gusto por la copia

El gusto por la copia

19/01/03

No parece por mi edad que la juventud esté tan lejos. Pero mis ideas de esta vida han hecho tantos cambios como las revoluciones de la historia.

Hay en la actualidad una incestuosa opinión que me asusta: el gusto por la copia. Por reproducir algo que ya existe. Por copiar. Por repescar algo aunque no se utilice. Y es aquí dónde reside el mayor problema de la juventud que ya no se contenta con abarcar todo. Lo quiere más allá de lo que esta inventado: copiarse discos, bajarse discos por Internet, copiar juegos a los que no tendrán tiempo de jugar, porque ese tiempo lo están malgastando en copiarse otro juego; el último que está de moda, la última canción que durará dos semanas en las listas de éxitos y que a la tercera desaparecerá para siempre.

Es la vorágine del copiar sin sentido. Bajarse canciones, tener películas, miles de formación que después no se podrá ni siquiera asimilarse.

El gusto por la copia acaba con la originalidad de la pobreza. Antes eramos más pobres, teníamos menos cosas, pero las disfrutábamos más.

Esa falta de imaginación

Esa falta de imaginación

18/01/03

Es el miedo a tener que sentir una sensación desconocida, a desconocer lo que es sabido por todos. De esa circunstancia que vengo sintiendo a menudo no recuerdo lo que sentí. Lo que buscaba entre mis recuerdos. Muchas palabras por definir en tan poco tiempo. Es la definición lo que nunca se pierde; lo que se encuentra en el camino. Frases inconexa que parecen tener sentido y carecen de todo. De qué sirve obtner una frase si no las sé enlazar con algo con sentido.

¿De qué sirve la ilusión? ¿De qué tengo que arrepentirme cuando quiero decir algo y no encuentro el hilo? ¿Qué puedo sentir si no es vergüenza de mi mismo, si no sé escribir, no tengo ideas ni historias, ni imaginación?

Después de todo, hoy encuentro una inspiración, una parte del porque que se enfriará cuando no sepa dónde ir.

"Olvidate de mí", me digo en el silencio de mi soledad rodeada.

La fealdad deprisa

La fealdad deprisa

17/01/03

No puede haber nada más horrorosoe irrisorio que una mujer fea corriendo para cruzar una carretera y no ser atropellada por un coche.

No hay nada más feo, ni idea más imaginativa que la que mueve el mundo. Las mentes que mueven el mundo, las mentes que meven las ideas, las que siguen de estar dormidas, las que se estiran en el suelo y las trenzan como un perro sin dueño o una mujer guapa corriendo por la calle.

No tendría que existir la fealdad. Tendríamos que ser todos bellos, gráciles bailarines de torso marcado y perfil heroico. Da igual que me esconda en las esquinas, con el mismo libro en la mano y tenga que pasar el frío que nunca pasé aquí. Todo acaba en un bostezo de aburrimiento.

Por la falta de belleza, por el deseo que nos quitan las feas que corren de una cera a otra para que no les atropeye un coche. Todo se acaba pareciendo a lo que no quise escribir. Una idea mientras paseaba por la ciudad. Al segundo se esfuma y desaparece el diario. Po lo demás: la fealdad acaba con la líbido del obseso.

Incomodidad

Incomodidad

16/01/03

La incomodidad esta hechoa de los desechos del olvido, de lo que no queremos ni oir hablar. Del amor a la realidad que esta separada de esta porción de historia que espera algo de mi. Y yo, ¿qué hago aquí?

Ahora sigo estando incomodo, con retazos de olvido que no suceden en mi vida. La vida que vivimos es una promesa que no vuelve nunca a nuestro lado. No avanza nada de lo que hacemos, todas las ideas que tengo se olvidan, y lo hacen porque algo me incomoda. La paradoja de la literatura es volver al final a hablar de lo que se escribió al principio. Contar una canción, no es lo mismo que escucharla. Leer entre líneas lo que un día entendí, acordarme de la incomodidad (vuelve al final esta palabra...): una idea que surja de la palabra que se escribe. Incomodidad.

Sentarse en un sofá dura, sin respaldo, frío y del color de la oscuridad.

Necesito un diálogo, una historia.

Me estoy muriendo sin una idea. Vuelveo al final. Estoy incómodo sin estudiar todo lo que me queda por aprender.

El hijo del jefe

El hijo del jefe

Si alguna vez soy rico no dejaré que mi ego mire poe encima del hombro a los demás. No tengo la intención de serlo, por lo tanto esa circunstancia dejará de acompañarme.

Hay ricos que se huelen. Perfume caro, pelo engominado, chaqueta de piel intacta, traje Armani o Valentino y cara de rico. Sobre todo eso: cara de rico.

Hoy es un día de nervios en el trabajo. No llega cada día un hijo del jefe a trabajar durante casi dos meses a tu lado. Nervios y ricos. Decididamente no seré rico para no parecerme al hijo de mi jefe. Perfumado con olor a rico, todo dinero seguro a su alrededor. La responsable de la unidad, nerviosa, yo diciendo incongruencias sin sentido, un compañero rojo de los nervios...

Todos atacados de los nervios y sin dinero. La presentación ha sido hoy. Mañana es el primer día del resto de nuestra vida laboral. Esconderse es la solución mientras esté con nosotros. Disimular, esperar que llegue a tu lado y entonces empezar a trabajar. Mañana empieza el fin de los nervio. O no.

Nuestra triste realidad

Nuestra triste realidad

14/01/03

Una vez ya escribi que no todas la muertes son iguales, en referencia a la muerta de unos etarras por la explosión de una bomba que fabricaban para atentar, y que "por suerte" les mató a ellos y no a quien fuese dirigida.

Leer el periódico, escuchar la radio o ver la televisión se ha convertido en estos tiempos en una masacre apestosa de muertes, sangre y asesinatos. Ya son cinco mujeres las que han muerto a manos de sus parejas. Un conductor ebrio mató a un viandante que (también ebrio) le increpaba al cruzar la calle y entorpecerle el paso.

Miles de ejemplos ineficaces que consiguen un efecto de rebote esquivo. A más muertes menos interes. Paradójico o no, tener tanta información, tantos detalles, tantas muertes a la vista, el oído o el tacto, hacen de su encuentro una mera noticia más.

"Esto antes no pasaba", dicen los mayores.

"Esto antes no se sabía", lloramos los jóvenes.

Ese hombre

Ese hombre

13/01/03

Tenía ese tipo de escritura de los hombres con éxito. Con éxito entre las mujeres, claro. Llamaba a las cosas por nombres que carecían de importancia, pero dejaba en el aire una melancolía que encogía el alma a quien leía sus obras.

Y las que más leían siempre eran mujeres. De todas las edades. Todas lo amaban. Todas imaginaban su foto apretada contra su pecho, acariciaban los lomos del libro, olían el entrópico desorden de los dedos entre sus endiduras. Ese tacto, casi sexual les excitaba hasta el descontrol.

Todo era exagerado en su escritura. Largas descripciones que paseaban por jardines de palacios inventados, reinas bellísimas que se enamoraban del hombre inadecuado. Todo el deseo de una mujer adulta. El universo de la imaginación te quita lo que su lectura te daba.

Aquella era una época de otras historias, de duelos inacabables, de amores y pasiones que no podían acabar nunca.

Un dialogo sin ritmo

Un dialogo sin ritmo

12/01/03

La voz se entrecortaba. Se deslizaba entre mis dedos el suave eco de su piel de caramelo.

¿Cuantos años hacía que la conocía?

Más de cuatro, y seguía siendo el amor de mi vida. Hoy no la volveré a ver. Desapareceré debajo de sus lágrimas y entenderé el sentido de las palabras que un día me dijo:

-Mañana despierta tú a la niña, cuando regreses, ya no estaré aquí- sollozó en la cama.

-¿Qué quieres decir, con esos de que "no estaré"?- pregunté sin inmutarme.

-Tendrás todo el tiempo del que careces ahora. Te levantarás solo y descubrirás la vida sin tu mujer.

-Esto parece surrealista. Estamos en un diálogo paralelo, del que no somos capaces de entender quién dice algo coherente- seguía sin inmutarme.

-Mi vida ya no te pertenece. Es un serio error que intentes buscarme. Dejalo ya, es un error- seguía llorando, cada vez más desconsoladamente.

-¿Qué intentas contarme?- me giré y ya notaba el perfume de su ausencia.

No la volví a ver más. Oí la voz que se volvía a entrecortar. Apagué el ordenador y supe que lo que me dijo era todo mentira.

 

Sigo siendo el peor escritor

Sigo siendo el peor escritor

11/01/03

Odiaba todas esas frases pretenciosas que utilizaba para intentar empezar su novela. Las odiaba pero era incapaz de dejarlas de utilizar.

"De nada sirve vivir si no estamos juntos".

"Cuando decidió cambiar de vida encontró su mejor sonrisa". Lo odiaba a muerte... Pero sabía que nunca llegaría a hacer nada mejor ni peor. Todo lo que intentaba pensar era ínútil llevarlo a cabo.

Yo soy un inútil y no soy capaz de intentar rellenar una hoja en blanco. Quizá esté demasiado rodeado de gente, que me habla, no me escucha cuando no hablo. Soy una mierda de escritor incapaz de escribir nada coherente, nada que siga un mínimo de hilo argumental. Una mierda de idea pasa por mi cabeza. Que malo soy. Dios no existe pero Dios mio qué malo soy.

Una pequeña idea de un filósofo.

"Cuando caemos en la cuenta de que nos ocurre a nosotros es brutalmente vulgar, brutalmente real (que tu padre está grave en el hospital...) nos sentimos terriblemente insignificantes. Eso si, seguimos yendo al cine".

De nada sirve querer imitar lo inemitable, o intentar buscar donde no hay. "La vida se limita a enseñar aquello de lo que carecemos para hacernos ver lo que no vale la pena tener". Esta última frase es odiosa, como las primeras frases de ese escritor que nunca llegaré a ser.

La espera

La espera

10/01/03

Nada tan lento como la espera. De dulces nieves en invierno, obvio objetivo en esta época. Mañana será el día que tengamos que dormir dos veces, para encontrarnos en ese viaje hacia el infinito del reloj.

Parezco, a veces, un poeta disfrazado de articulista y con vocación de ensayista, que solo desea escribir una novela. A veces; otras pocas no parezco nada. Y entonces, espero. Que llegue el alba, el que nunca veo en ninguna mirada que no sea la mía. Llega el frío y despierto temblando. Un paseo de la mañana me anuncia la nevada más terrible de la historia: "Incomunicación, ¡no vayan en coches!, ¡no vayan a salir de casa!". Pero nadie tiene que hacer caso a la alarma cuando esta anunciada antes de que llegue. Las alarmas sirven cuando todo ha pasado. Cuando ya no hay remedio. El sol sigue tieso cuando estos días de espera terminan. Anunciaban nevadas y la gente seguirá tomando ese cálido sol de invierno.

Entre la antropología perdida

Entre la antropología perdida

09/01/03

Empiezo a tener esa memoria del recuerdo. Esa que te hace ir diez años atrás y verte joven, con otras ideas, con otros amigos.

Siempre fui lo suficientemente incontrolable para llegar a ser lo que hoy no soy. Para contentarme con lo que carezco y de lo que estoy seguro es de que el deseo algún día arderá en mis manos. Hoy pienso en cosas que escribiré mañana, o pasado o incluso nunca. Lo dejaré todo en blanco. Como la tela del pintor entre ruinas, como el papel del verdadero escritor que cada vez siente que sus ideas se escapan por algún sitio que desconoce.

Tantos favores pedidos en el olvido, ningún tema. Tengo que acabar con esta falsa de escribir tonterías un día, en media hoja en blanco; tener la obligación de empezar algún día una historia para mi. Para enviarla a algún concurso literario. Con la esperanza de perder, pero con la ilusión del trabajo acabado. Necesito una pequeña historia. Un lazo que atar, una línea maestra que guíe mi desventura.

Otra rutina

Otra rutina

08/01/03

Acostumbrarse a los largos paseos acompañado de un libro y mi perro. Da igual que hiciese frío o que lloviese: el libro en una mano, en la otra la correa del perro.

Toda esa rutina se acaba mañana, cuando el fin de las vacaciones de Navidad sean la puerta del trabajo. De nuevo el mismo olor, la rutina de todo el año. No importaba recordar, nada de lo que no se quiere volver a vivir. Mañana volveré a la rutina del trabajo. Levantarse temprano. Correr con el perro para que haga sus necesidades sin ganas. Escuchar las primeras noticias en voz de Gabilondo, justo hasta el primer tunel del camino. Después la parada en el kiosco; la prensa y la última hoja leída.

Si algo tiene de monotona la vida es la rutina de lo que estamos obligados a hacer, aún sin querelo hacer.

Estos días paseaba con libertad, sin horarios, con la mente en mis estudios filosóficos, con la necesidad de crearme una rutina que muriese antes de aborrecerla.

La vida es la rutina que no queremos dejar que se nos escape. Y al final, como para todo, lo único que sé es que algún día hemos de morir: la mayor rutina es la vida con el final conocido.

Muchos hombres

Muchos hombres

07/01/03

Lo interesante esta a veces en lo que se esconde, en lo que no deja ni entreverse. En las mentiras, en las frases irreconocibles: lo interesante también surge de lo palpable, de lo que se ve, lo que no se enseña. De las frases con soltura y con ideas enteras:

"Fernando Savater suele decir que no extraña la desaparición de las personas sobre todo cuando nos preguntamos qué hubieran dicho en determinadas circunstancias especiales", lo dice Juan Cruz en el décimo aniversario de la muerte del gran maestro de Javier Marías: Juan Benet. Aún no leído y quizás en otra vida escogido al azar.

Otro parte de la cultura dá premios a otro autor deseable pero no leído: Andrés Trapiello. Un talento de nombre italiano y raíces leonesas. Escribe diarios que se convierten en novelas (¿Mi deseo?).

"De los 10 primeros tomos de sus diarios, ha dicho: "Lo más raro de todo no es haber empezado contando una vida y acabar haciendo una novela". Y es que en esos varios miles de páginas el autor mezcla autobiografía y ficción: "Hay quien dice que me estoy cargando el género. yo no me planteo la vida como un forense que se va a levantar un cadáver y no quiere que se cambie un ápice"

¡Mi diario no es una cámara de video!.

Trapiello acaba de ganar el 59º Premio Nadal de la Editorial Destino. Mi diario esta basado en miles de hojas de deshaucio, pena y falta de imaginación. La realidad nunca superó con tanta facilidad a la falta de ficción.

Otros Reyes

Otros Reyes

06/01/03

A veces las fechas señaladas te alejan de tu propia familia, o de la que antes fue tu familia y ahora es la visita obligada que te hace sentir extraño en lo que antes fue tu casa.

No me gustan como hablan, ni lo que dicen, ni cómo lo dicen. Ni sus caras ni su cultura, ni todo lo que hace que me separe de ellos. Ahora tengo todo lo que un día deseé. Todo lo material que imaginaba y más de lo que querría. Además del ordenador, de la enciclopedia de filosofía, de las películas de DVD ("El club de los poetas muertos" y "Yo soy Sam"), libros que me gustarán: "Pensamientos arriesgados" de Fernando Savater y "El viaje imposible" de Marc Augé, el anillo de boda recuperado, un gnomo de la fortuna, un jersei rojo, un llavero de VW...

La vida me sonríe. La salud me acompaña. Amo como nunca a mi mujer; tengo un perro al que quiero como nunca imaginé...

Todo va demasiado bien. La vida es tan diferente en donde yo vivo que el resto de gente pasa por mi lado sin dejar rastro.

Incluso la gente cercana me sobra. Solo mi mujer y mi perro me basta. Lo demás casi empieza a sobrar.

Hace frío

Hace frío

05/01/03

Ese frío te destroza la cabeza; te imaginas una historia y sientes que tienes una imaginación que rescatar. La miras, no sabes a qué ni cómo, pero miras la verdad en los ojos de la gente. Te paseas desnudo y rezas sabiendo que eres ateo. Reniegas, sufres y no tienes ganas de sentir nada más.

Me asome aquel año, encendido en llamas de desesperación, en aguas de tormenta: y cree una sensación nueva: el miedo al frío.

Hoy es día de cartas, de deseos, de caramelos tirados por el suelo. De niños que no duermen y desean como nunca la luz del sol. Ese frío de fuera. Como el pasado. La lluvia convertida en nieve. Una llamada y dos voces entrecortadas. Ningún reproche. Más niños en el suelo recogiendo caramelos.

Tengo la sensación de estar escribiendo en la tumba de un desconocido. De oler sus humores, de sentir la putrefacción desperdigada en la tumba.

Hace frío y no quiero salir a pasear. Mañana los libros recogeran mis deseos de escritor frustrado.

La mentira

La mentira

04/01/03

Una mentira es lo único que me separa de sus pensamientos. Cada vez que veo su cara recuerdo aquella tarde que pasé en su casa; tocando la vida con sus dedos y las caricias del cielo. Una poesía en su boca y la felicidad de otra mentira...

Otro ensayo leeré sobre la mentira. Hay libros que no existen y están descatalogados: la razón, el ser, la mentira otra vez...

¿Cuántas veces empece a pensar aquella tarde que tocaría su mano y le diría que la amaba?

Etimologicamente la mentira surge de la mente, se transforma en la ira que no sentimos al hablar y carece del suficiente sentido como para entenderla.

¿De qué hablo? ¿Qué mentira encierra el engaño de ser escritor? ¿Por qué no dejo de torturarme, intertar otra cosa?

Lo único que tengo se lo debo a ella: esa tarde era ella y ahora esta cerca de mi.

No tengo más que contar; otra mentira delataría mi insignificante capacidad para entender qué hago aquí.

Es viernes

Es viernes

03/01/03

Los viernes tienes esa mezcla de festivo y laboral que más apetece vivir. Hoy es uno de esos viernes que por ser laboral me toca estar de vacaciones y consigo hacerlo sentir como un festivo.

El humor del viernes estará representado por la columna de Millás en El País y la tira cómica del "Generación 2x1". Cada viernes quedará constancia de su magistral forma de hacer pensar y reir al mismo tiempo. Sin palabras.

Millás, al contrario, utiliza como nadie las palabras para sorprender con su columna de pocas líneas. Noche y día. Un buen inicio: Intriga y saber continuar una idea. Y sobre todo un final que deje el mundo real apartado de la imaginación.

"Entonces abandoné el cuarto para desayunar con la familia que me había acogido y descubrí, espantado, que todos dormían porque, aunque en mi dormitorio era de día, en el resto de la casa era de noche".

 

Un inicio

Un inicio

02/01/03

"Imagínate una historia que te haya gustado: ni siquiera hace falta que la hayas leído, ni siquiera que la hayas visto y mucho menos, vivido. Todo lo que tengas latente en tu imaginación la dejas escapar. La coges y la invitas a desaparecer. Imagínate que esa historia se parece a lo que nunca llegarás a vivir. ¡Una historia con futuro! Con la sensación de inventarte algo que valga la pena. Solo te hace falta un inicio".

"La canción que le recordaba a otras mujeres tenía la apariencia de la última novia: frágil y ardiente. Duró veinte minutos. Los besos, los golpes de los dientes ansiosos. La mirada con los ojos cerrados. no tenía el alma para esos sustos. Detuvieron el tiempo y supieron que algo nuevo iba a surgir. Después de los veinte minutos decidieron alejarse el uno del otro. Sabían que el amor está equivocándose a cada momento. Que lo que les estaba pasando era una señal. Que tenían que dejarse antes de conocerse y estropearlo todo".

"Llevaban más de dos años siendo vecinos del mismo barrio. Dos años en los que lo único que habían intercambiado fueron dos miradas, un adiós con la mano y un paseo desde la estación hasta la entrada de su calle. Lo demás vino en esos veinte minutos que no se acababan nunca. Que no deseaban que hubiesen empezado. Después de esos veinte minutos, la vida latía con la luz de la luna apagada. Ella tiritó. Él la abrazó y le dijo que no podría quererla. El inicio estaba acabado".

El mismo cielo

El mismo cielo

01/01/03

Ese cielo que inicia un año es el mismo que ayer estaba estrellado. Anunciación de días de sol y nieve, de alegrías y paseos matutinos.

Ese cielo hoy no se ha parado; ha seguido tan arriba como siempre y el camino hacia mi imaginación perdida también se sigue buscando.

Otro año que empieza y un nuevo camino encontrado. Sencillo; siempre estuvo allí. Más ladridos, oscuridad deseosa de perderse. La esquivo y siento que nadie me mira.

Parece esta poesia sacado de la idea de un día de espanto, de miedo a lo desconocido. No tengo más que seguir leyendo otro libro. El número no importa. La idea ya esta en desuso. Todo lo que se escribe caerá algún día en el olvido. Lo único que se recuerda es ese instante en que se pone una frase inspirada que sale de algún sitio desconocido. No es tan temprano como ayer, ni tan tarde como mañana. La novela, la historia, el ensayo. La conexión del ordenador no debe fallar. Lo demás estará escrito mañana en el cielo.

Tendré la paciencia de conseguir este año algo de lo que escriba carezca de sentido. Pero al menos eso. Que carezca de algo. Que no sea un vacio saco de inconexas frases sin sentido. Intentaré llenar mi orgullo de palabras y de historias no vividas en lo físico. De imaginar relatos que se confundan con otra realidad.

Cada parte de este cielo que sigue tapando nuestra (mi) imaginación.

¿Dónde esta el camino?