Nuestra triste realidad
14/01/03
Una vez ya escribi que no todas la muertes son iguales, en referencia a la muerta de unos etarras por la explosión de una bomba que fabricaban para atentar, y que "por suerte" les mató a ellos y no a quien fuese dirigida.
Leer el periódico, escuchar la radio o ver la televisión se ha convertido en estos tiempos en una masacre apestosa de muertes, sangre y asesinatos. Ya son cinco mujeres las que han muerto a manos de sus parejas. Un conductor ebrio mató a un viandante que (también ebrio) le increpaba al cruzar la calle y entorpecerle el paso.
Miles de ejemplos ineficaces que consiguen un efecto de rebote esquivo. A más muertes menos interes. Paradójico o no, tener tanta información, tantos detalles, tantas muertes a la vista, el oído o el tacto, hacen de su encuentro una mera noticia más.
"Esto antes no pasaba", dicen los mayores.
"Esto antes no se sabía", lloramos los jóvenes.
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