Blogia
SamCorco

Un edificio en mi cerebro

Un edificio en mi cerebro

07/02/03

Necesito llevar una hoja doblada en el bolsillo. Con cuidado de que no se arrugue; cuatro esquinas, la punta justo a la otra punta. Bien doblada y en el bolsillo. No es necesario que sea totalmente blanca, y aunque no soy demasiado partidario del reciclaje de papel, estoy a favor del resto de las cosas.

Me inspiro pocas veces, mientras me ducho, cuando como con alguien y me sigue hablando, mientras hago el amor con cualquier mujer. Paseando al perro es otro de esos momentos de inspiración que siempre acaban con la hoja llena de rallas ilegibles.

Intentan poner la idea mientras tu perro te estira hacia otro lado es de las cosas más difíciles que se pueden hacer a la vez. Como estornudar y no cerrar los ojos. Es imposible separar ambos conceptos.

Mientras pienso no soy capaz de escribir, y lo peor es que cuando escribo dejo de pensar esa idea que ha saltado del cerebro.

El cerebro. Que gran enigma. Me lo imagino como un edificio con muchos pisos. En el ático esta la imaginación: cara e inaccesible. Abajo de todo, en el sótano las pasiones sexuales; sobre todo en los hombres. En el primer piso entran cosas que se olvidan enseguida. Lo que retengo vive en el segundo. Desde el ático al tercero hay muchos pisos vacíos. Un día alquilaré gente que me lea al oído y llene esos huecos.

Cuando estén llenos empezaré a escribir de verdad.

0 comentarios